9 DE DICIEMBRE
DIA MUNDIAL DE LA INFORMATICA
EN HONOR A GRACE M. HOPPER
Por Eduardo RodasMédico. Periodista Científico
9 de diciembre 2020
Cada 9 de diciembre, desde
1983, se celebra el “Día Mundial de la Informática” en
conmemoración a una de las más valiosas herramientas creadas por el hombre,
cuya disciplina ha influenciado significativamente el curso del siglo XX en el
avance de la transmisión de datos e información y conectividad, aspectos que
fueron claves en este 2020 por el impacto de la pandemia COVID19.
El término Informática proviene del alemán informatik, creado
por el ingeniero eléctrico Karl Steinbuch en el año 1959. Es la contracción de las palabras information y automatic.
En
términos generales, la informática es una rama de la ciencia que abarca el
estudio y la aplicación de técnicas y procesos, para el almacenamiento y
procesamiento automático de la información y datos en formato digital
La fecha no fue escogida
al azar. Se declaró en homenaje a Grace Murray Hooper quien nació el 9 de diciembre de 1906 en Nueva York.
Un siglo después que Charles Babbage luchara para construir su prematura
máquina de computar, Grace Hopper aprendió a programar la primera
computadora digital de gran escala de Harvard, la Mark I, la realización conceptual de Babbage.
Era teniente de la Marina de los EE.
UU. y llegó a ser una pionera en
computación, como lo fueron Charles Babbage y Ada Lovelace y fue una de las fuerzas motoras en el
desarrollo de lenguajes de programación, específicamente el COBOL.
Como dijimos Grace Murray nació el 9 de
diciembre de 1906 en la ciudad de Nueva York. Era la hija mayor de un agente de
seguros y su madre amaba las matemáticas y siempre se interesaba en ella. La madre de Hopper, hija
de un ingeniero civil de la ciudad de Nueva York, acompañaba a su padre cuando hacía
trabajos de agrimensura en las calles de la ciudad. No por nada sus tres hijos
eran buenos en matemática.
Un suceso notable ocurrió en la vida de
Grace Hopper a los 4 años de edad. Fue en mayo de
1910 que el cometa Halley tuvo su aparición y era como cuatro veces más grande
y más brillante que la luna. Su padre la alzó para que lo pudiera ver por la
ventana de la cocina y quedó muy impresionada. El le dijo que lo volvería a ver
y ella deseaba que así ocurriera. El cometa Halley volvió a reaparecer en 1986
y pudo volver a verlo.
Recordando su niñez como muy feliz,
Hopper sin embargo notaba que ella era la
mayor y era a la que culpaban de todo. En una ocasión fue sorprendida con sus
primos trepada en un pino y como ella era la que estaba en la cima era obvio
quien había comenzado. Un motivo importante de su felicidad eran los días que
ella y su familia veraneaban en Wolfeboro, New Hampshire, donde encontró a
quien fuera luego su esposo, Vincent Foster Hopper, quien también era de Nueva
York y veraneaba allí.
Muy importante para su desarrollo
futuro fue la temprana educación de Grace Hopper en escuelas privadas, un hecho
considerado normal en aquellos días. Su educación fue estricta considerada con
las normas de hoy. Tenían que pasar pruebas que demostraran que podían leer,
escribir inglés en forma clara y que podían deletrear. Cada verano debían leer
veinte libros y escribir los resúmenes. Eran educados con muchos conocimientos
de base haciendo notar además que eso no les daba inhibiciones sino que les
hacía tener un gran interés por la lectura y la historia.
Grace Hopper continuó su educación en el Vassar
College, donde se graduó premiada en 1928. Luego asistió a la Universidad de
Yale donde se recibió en 1930, el año de su casamiento con Vincent Hopper. En
1934 recibió un Ph.D. de Yale y fue premiada con dos becas Sterling. Estos
premios académicos de Hopper fueron solamente los primeros en su vida que
estuvo llena de logros y más premios.
Desde 1931 hasta 1943 Hopper también enseñó en Vassar en el
Departamento de Matemática, ascendiendo de instructora a ayudante de cátedra y
finalmente catedrática asociada. Durante este período recibió un fellowship en
la Facultad de Vassar y estudió en la Universidad de Nueva York en el período
1941-1942.
En 1943 Hopper fue profesora asistente
de matemática en el Barnard College, luego de lo cual se alistó en la Reserva
Naval de los EE. UU. y asistió a la Escuela de Guardiamarinas USNR en
Northampton, Massachusetts. ¿Por qué se unió a la Marina? Había una guerra, explicaba y agregaba que no
era inusual en esos tiempos que una mujer se alistara en la marina ya que había
de 30.000 a 40.000 mujeres allí en esos tiempos. Después de la Segunda Guerra,
ella dijo que todas consiguieron casarse y volver a casa, pero que luego
demandaban por los empleos que habían dejado.
En cuanto a Hopper, ella también podría
haber vuelto a casa pero había perdido a su esposo en la guerra. Sin hijos para
cuidar y plena de inspiración por entonces se sintió enredada con las
computadoras de la Marina y continuó de lleno con su carrera. Después de
graduarse como guardiamarina, Hopper fue comisionada al Proyecto de Computación
del Departamento de Municiones en la Universidad de Harvard donde ayudó a domar al “monstruo” de
Howard Aiken, la computadora Mark I
En gran parte financiado por un regalo
de u$s 500.000 del presidente de IBM, Thomas Watson, la Mark I fue casi un accidente de la guerra
antes de que comenzara. Afortunadamente para la computación la Marina de
Guerra, en la cual Aiken era también un teniente, reconocieron el valor del
dispositivo para solucionar problemas navales y Aiken fue destacado para
completar el trabajo.
Fue en Harvard que Hopper aprendió a programar al “monstruo”. En
1946 ella renunció a su permiso de estar ausente en Vassar y unió en Harvard
sus posibilidades como investigadora en ciencias de ingeniería y física
aplicada en el Laboratorio de Computación.
También fue allí que nació el término
“debug”. En 1945 mientras estaba trabajando en un edificio sin aire
acondicionado, en un día caluroso y húmedo de verano, la computadora se detuvo. Buscaron el problema y
encontraron una falla en un disyuntor. Adentro habían encontrado una polilla
que estaba muerta. La sacaron con pinzas y la adjuntaron con cintas al cuaderno
de notas. Desde entonces cuando un oficial venía a preguntar si estaban
ejecutando alguna tarea, le contestaban que estaban “depurando” la computadora.
Hopper trabajó en programación de
aplicaciones para las computadoras de Harvard
Mark I, Mark II y la Mark III para la Marina de Guerra y en 1946 fue
presentada para el Premio Naval al Desarrollo de Municiones.
Después de tres años de trabajo en las
computadoras navales, Hopper se unió a la Ekert-Mauchly Computer Corp. en Filadelfia como
matemática. Así comenzó una larga asociación que finalizó con su retiro del
grupo y su jubilación en 1971. Cuando Hopper se unió a la Eckert-Mauchly Corp. allí se estaba
construyendo la UNIVAC I, el primer emprendimiento comercial
de una computadora digital de gran escala, la cual con el tiempo
fue instalada en el Departamento de Censos en 1951.
Así Hopper comenzó sus esfuerzos en
técnicas pioneras de programación. Ella continuó en la compañía como
programadora superior cuando fue comprada por la Remington Rand en 1950 y
también luego de su fusión en 1955 con la Sperry Corp. para formar la Sperry
Rand.
Fue en 1952 que Hopper publicó su primer trabajo sobre
compiladores liderándolo como ingeniera de sistemas y directora de programación
automática en la División UNIVAC de la Sperry Rand Corp. Las primeras computadoras
necesariamente debían ser programadas hasta en sus más mínimos detalles ya que
aún no se habían desarrollado los atajos (shortcut). Pronto se hizo obvio que
muchos programas, a pesar de tener objetivos totalmente
diferentes usaban un mismo juego de instrucciones (subprogramas, rutinas y
subrutinas) que eran lógicamente idénticas e intercambiables para distintos
programas.
Estas rutinas de instrucciones se
podían involucrar en resolver ciertas clases de ecuaciones, extraer raíces
cuadradas, arreglar datos dentro de la memoria para ser clasificados y
listados. De allí en adelante la idea de generar bibliotecas de subrutinas se
hicieron urgentes y económicamente necesarias para eliminar errores, acortar el
tedio y minimizar la duplicación de esfuerzos.
En los primeros pasos significativos
para el desarrollo del software la computadora misma ayudó en la preparación de los
mismos. Primero proveyó símbolos y palabras mnemotécnicas como nombres de las
instrucciones y luego cada vez más otros símbolos como designaciones de
capacidades más sofisticadas.
De esta manera los programas de computación llamado “intérpretes”
transformaron los nombres mnemotécnicos en códigos reales binarios que la
computadora podía aceptar y podía ejecutar. Hopper dio un gran crédito al Dr. John
Mauchly para su desarrollo del intérprete
Short Order Code.
También notable fue el Generador de
Programas realizado por Frances E. Holberton. Fue el primer programa que escribió un programa, añadiendo
que Hopper le había enseñado como dibujar los diagramas de flujo. Holberton fue
luego matemática en el área estándares de Fortran en el Departamento Nacional
de Normas.
En cuanto a los compiladores ellos
aceptaron símbolos representando operaciones más complejas y también juegos de
compiladores de rutinas pretesteadas. Describiendo su trabajo en compiladores,
Hopper recordó como los programadores eran
constantemente requeridos para copiar sus códigos de unos cuadernos a otros
cuadernos.
Hablando en el Pioneer Day en la
Conferencia Nacional de la Computadora en 1981, Hopper dijo que los
programadores no copian cosas y además
no están para agregar cosas. Así es que debemos dejar a la computadora que lo haga, haciendo notar que el
resultado fue el compilador A-O.
Una importante y temprana actividad
comenzó y Hopper fue unas de las pioneras. Ella
enérgicamente alentó la creación de grupos de usuarios para compartir sus
contribuciones y formar bibliotecas de subrutinas permanentes. El grupo más
grande fue el de IBM. La Association for Computing
Machinery también mantenía bibliotecas de subrutinas y proveía un medio de
comunicación para identificación, publicación e intercambio de algoritmos y
programas.
El trabajo sobre compiladores que
Hopper publicó en 1952 fue el primero de más
de 50 que ella publicó sobre programas y lenguajes de programación. Su
profundo interés en programación la condujo al Departamento de Defensa,
patrocinador del Comité de Lenguajes de Sistema de Datos (Codasyl) en 1959.
En el Pentágono tuvo que considerar el
establecimiento de un lenguaje particular apropiado para el procesamiento de
datos en los negocios. El comité incluyó representantes del gobierno y usuarios
privados así como también a los fabricantes de computadoras.
Dentro del Codasyl, Hopper participó en
la instrumentación del desarrollo del Common Business Oriented Language
(COBOL). Hacia setiembre de 1959 el Codasyl había especificado un lenguaje que
se consideraba superior a todos los lenguajes de compilación existentes. Las
especificaciones del lenguaje fueron modificadas en Diciembre de 1959 y el
Cobol existió como un lenguaje que no fue identificado con ningún fabricante y
esto fue una ventaja tanto para el gobierno como para la industria privada.
Desde entonces cientos de otros lenguajes e idiomas de aplicación
especializados fueron creados. Durante los años 50, 60 y 70, Hopper fue una
primera figura en el desarrollo del Cobol y trabajó incansablemente en el
desarrollo de varios compiladores para este lenguaje.
Hopper trabajó en el Comité de
Estandarización de lenguajes de computación del American National Standards Institute (Ansi) y también
prestó servicios en el Comité Ejecutivo del Codasyl.
Trabajando en estandarización Hopper creyó que hubo normas que fueron
descuidadas y que por esa causa el gobierno federal había gastado 450 millones
de dólares en un año para convertir programas de computación. Un verdadero
despilfarro de dinero.
Desde 1959 Hopper estuvo asociada a la Moore School of
Electrical Engineering de la Universidad de Pennsylvania, primero como visitante, en 1962 como
asistente de profesor, en 1963 como profesor asociado y desde 1963 como
profesor adjunto de ingeniería. En 1971 fue nombrada conferencista en ciencias
del gerenciamiento en la George Washington University, en Washington D.C.
Fue una conferencista popular y
enérgica. Después de 40 años de estar en la computación llegó a tener conceptos
poco cariñosos cuando dijo que la industria de la computación estaba como
cuando el Modelo T se comenzó a desarrollar. Cuando ella era joven Henry Ford inventó
un auto que podía ser con tantas variantes como ellos querían y además de color
negro.
Hopper decía que ése era el lugar donde nos
encontrábamos, en los inicios del uso masivo de la computadora. Ni siquiera se había comenzado a
explotar todo su potencial. Parte de esas potencialidades estaban en los campos
de la predicción del tiempo, en el manejo de los recursos de energía y en el
incremento del rendimiento agrícola.
Después de cuatro décadas de trabajo
pionero, de premios, de grados honorarios y de tener oportunidades que ella
nunca habría soñado, Hopper tenía la sensación que su contribución
más grande había sido toda la gente joven que había entrenado.
Continuó en la
Armada hasta su retiro, en el año 1986. Falleció en el año 1992.
En el año 2016 recibió un galardón póstumo (la
Medalla de la Libertad), por parte del presidente de Estados Unidos, Barack
Obama.