sábado, 28 de marzo de 2020

Infodemia y Coronavirus



INFODEMIA Y CORONAVIRUS

por Eduardo Rodas
23 de marzo, 2020


Epidemia es cuando una enfermedad ataca a un gran número de personas en un mismo lugar y durante un mismo período de tiempo. El término viene del griego epi, sobre y demos, pueblo.

Pandemia es cuando una enfermedad epidémica se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una región, un continente o en distintos continentes. El vocablo procede del griego pan, todo y demos.

En la epidemia tenemos la enfermedad sobre una población determinada en una región limitada y en una pandemia la tenemos sobre toda la población y en regiones muy extendidas. Pero estas definiciones no hablan sobre la gravedad de la enfermedad, sino sobre cuánto de extendida está la enfermedad sobre una población y geográficamente.

Por Big data queremos significar cuando hablamos de grandes datos o grandes volúmenes de datos. Es un término evolutivo que describe cualquier cantidad voluminosa de datos estructurados, semiestructurados y no estructurados que tienen el potencial de ser extraídos para obtener información. Big Data son por ejemplo los miles de millones de datos que circulan por las redes en todo el mundo.

Uni Data es ese dato único que puede hacer cambiar la historia. 
    
Infodemia es una pandemia pero de la información, y según la definición que nos da el Dr. Alejandro Vilches, ex Director General de Evaluación de Calidad de Servicios de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, es la “exageración superlativa de la información que invade la psiquis de las personas”.



La Organización Mundial de la Salud declaró que la enfermedad COVID 19 producida por el virus SARS COV2 es una pandemia, es decir que se ha difundido sobre grandes cantidades de población y se ha extendido por varios continentes.

Y junto con la COVID19 han aparecido los datos y la información que invaden nuestra psiquis a toda hora y en todo momento de nuestra vida. Es decir una infodemia de COVID19.

El bombardeo que a diario estamos teniendo por todos los medios del mundo es de una cuantía impresionante. La radio, la televisión, los diarios electrónicos, las revistas y las redes sociales, todos los días y a toda hora nos comunican noticias de esta pandemia hasta contando los muertos de a uno.

Indudablemente el problema es grave pero estamos conviviendo con otras enfermedades tan graves como aquella como la tuberculosis, la desnutrición, la sífilis, el sarampión, el dengue, los fallecidos por hambre, etc. y que no han tenido el enfoque de información  que tiene este virus.

Se nos ha inculcado el miedo a toda la población mundial y es lo peor que podemos tener, para ver como reaccionamos las personas aisladas en nuestras casas o donde podamos estar y controlados por los gobiernos. Y gobiernos de todas las características: democráticos, autoritarios, monárquicos, comunistas, liberales. Todos los gobiernos mundiales están haciendo unos unas cosas y otros otras cosas para ver luego cuál de ellas nos pudo sacar lo mejor posible de esta situación.

Lo que ha cambiado en el mundo en los últimos 25 años es cómo se transmiten las noticias. Antes era una transmisión vertical y punto a punto, es decir desde las grandes agencias internacionales de noticias que las producían como la Associated Press de los EE.UU., la France Press de París, Reuters de Gran Bretaña y la DPA de Alemania entre otras, que las transmitían por teletipo a los grandes diarios, revistas y a algunas radios mundiales y estos medios informaban a sus lectores y oyentes. Es decir una comunicación totalmente vertical, canalizada por ejemplo a través de unos 700 millones de ejemplares de diarios que se vendían por día en todo el mundo. Cifra para nada comparable con los miles de millones de mensajes y noticias que hoy circulan por todo el mundo y que se envían a través de todas las redes sociales.




Antes la información llegaba a muy poca gente y se pagaba por ella. Hoy es en gran parte gratuita y llega con una transmisión horizontal de multipunto a multipunto. Es totalmente transversal, cualquier persona puede tomar una fotografía, enviarla por ejemplo a un canal de televisión y éste en forma inmediata la puede publicar y hasta puede viralizarse (multiplicarse miles y miles de veces) por las redes sociales.

También cada persona puede tener en forma gratuita o a un muy bajo costo sus propias páginas webs, sus propios blogs y hasta diarios electrónicos o canales de televisión que transmiten por internet. Y así llegan a distintas cantidades de personas todos los mensajes que se les ocurran, sin ningún tipo de control, ni de filtro y entonces esto se transforma en una parafernalia  de datos que realmente pueden alterar la psiquis humana como decíamos en la definición de Infodemia.

Así es que estamos atravesando esta situación única en la historia de la humanidad por su nivel masivo e instantáneo en lo que se refiere a los enfermos y a la comunicación.

En cuanto a cómo reaccionará la gente durante el aislamiento y después del mismo es un tema aún a dilucidar. Y ni hablar de lo que pueda llegar a ocurrir con la economía mundial y cuál será el nuevo orden mundial que nos depare el futuro.

Y no sólo esta Big Data nos causa nuevas experiencias, sino que la Unidata también nos trae problemas. Por ejemplo un solo tweet del martes 7 de mayo de 2019 de Donald Trump provocó la caída de todas las bolsas del mundo cuando amenazó con aplicarle aranceles a los productos fabricados en China. Y lo que ocurre con un solo virus, este corona virus, que ha provocado que la revista The Economist sacara en su tapa un globo terráqueo con un cartel que dice “cerrado”. Es decir un solo virus cerró el mundo, este mundo se paralizó en pocos días  en todas sus actividades salvo las mínimas y las indispensables como la salud y la seguridad.



Ahora todos los países del mundo están tratando de ver cómo salir de esta situación, realizando acciones para aplanar la curva de infectados por el virus para que los  servicios de salud no se vean sobrepasados por la cantidad de enfermos que de llegar todos juntos y en gran número ningún sistema sanitario del mundo está en condiciones de atender. No existe infraestructura capaz que pueda preparar en pocos días todos los recursos materiales como los respiradores artificiales ni formar todos los recursos humanos altamente capacitados que se necesitan para atender a esta gran cantidad de pacientes.

Lo que no se previó en épocas de paz para la atención de víctimas en masas, no se puede atender luego cuando la “guerra” ya ha sido declarada.





Big Data y Unidata. Mass media y subjetividad



BIG DATA y UNIDATA
Mass media y subjetividad
por Eduardo Rodas
12 de marzo, 2020

Desde aquellas recordadas palabras del canadiense  Marshall McLuhan,  “Aldea Global”, escritas en 1964 en su libro Comprender los medios de comunicación muchas vueltas ha seguido dando el mundo. Este Filósofo y Profesor de Literatura nos legó también “el mensaje es el medio” queriendo significar en como el medio influye cómo se percibe el mensaje. Fue un visionario de la Sociedad de la Información.

Arthur C. Clarke, británico, escritor y científico, escribió en 1968 Odisea del Espacio, antes que el hombre llegara a la Luna y dijo “La Tierra es una” y hoy estamos informándonos desde la China hasta Tierra del Fuego si se realizó el operativo sanitario contra el virus SARS COV2 en la ciudad de Ushuaia.


Y para citar a uno de los nuestros, Domingo Faustino Sarmiento nos dijo el 5 de agosto de 1874 “un saludo cordial a todos los pueblos que se hacen por intermedio del cable una familia sola y un barrio” cuando inauguró el cable submarino que entra por la localidad de Las Toninas en la Provincia de Buenos Aires y que viene desde Lisboa, Pernambuco y Río Branco por debajo del mar hasta la Argentina. Y los cables submarinos siguen siendo una parte fundamental de las comunicaciones internacionales junto con los satélites y las vías de comunicaciones terrestres.

¿Qué oferta y que demanda han ido ocurriendo en esta aldea global donde la Tierra es una y tratamos de comunicarnos como en un barrio o una familia ?

En el 2001 ya empieza a ser consultada a nivel mundial la enciclopedia Wikipedia, realizada por los mismos usuarios. La gente aporta los artículos con información científica, pseudocientífica, artículos bibliográficos y toda otra información que puede tener una gran enciclopedia. Es de acceso gratuito y nos parecía extraño una tarea de tal magnitud pues estaba reemplazando a la enciclopedia Encarta, un producto de Microsoft que fue rápidamente superado por Wikipedia.

En el 2003 Skype nos permite comunicarnos con imágenes como veíamos en las películas futuristas. Y así permitieron al público en general realizar las primeras videoconferencias utilizando la palabra y la imagen.

En el 2004 irrumpe Facebook, una red social que fue creada para contactarse entre jóvenes universitarias y jóvenes tímidos y cambia la historia al ampliarse a todos los públicos con una rápida y enorme difusión logrando millones de adeptos en poco tiempo.

En 2005 YouTube nos permite subir a la nube nuestras propias películas y videos y hace que estos se puedan ver gratuitamente en todo el mundo. ¿Con que objeto? Para generar contenidos gratuitos. Después de años de gratuidad ahora podemos ver que le insertan propaganda a los videos que nos muestran, monetizando de esta forma la plataforma con millones de usuarios a nivel planetario.

En 2006 irrumpe Twitter. Una mensajería que permitía escribir 140 letras por cada mensaje. Quizás esta corta forma de escribir le asignó su sello, es dinámica y hasta agresiva. Muy utilizada por el periodismo y por los políticos.

En 2008 aparece WhatsApp. Surge por la mala experiencia de un joven ucraniano, Jan Koum, que escuchaba discutir a sus padres que conformaban una pareja mal avenida. Y se propuso crear una mensajería para que los hijos no tengan que oír a los padres que se pelean. El 23 de setiembre de 2016 al llegar a los 450 millones de usuarios Mark Zuckerberg, dueño de Facebook se la compra por 19.000 millones de dólares. Casi la mitad de la deuda externa que Argentina está negociando en el 2020. Con una característica muy particular: en Facebook trabajan 3.000 empleados y en WhatsApp sólo 55. Zuckerberg pagó a razón de 40 dólares por cada usuario de WhatsApp. Gran negocio todavía no monetizado. Pero cuánto vale toda la información que circula por los millones de mensajes que se transmiten por día por WhatsApp?. Lo hemos pensado alguna vez? El caudal de información es impresionantemente grande. Es la mensajería mas importante del hemisferio occidental.


En 2010 seguimos con Instagram. Los mas jóvenes lo hacen su producto e inmediatamente comienzan a circular fotos, videos e historias en cantidades exponenciales.



Y ya le podemos hacer un homenaje a Steve Jobs, el cofundador de Apple, quien crea los principales instrumentos que permitieron llegar hasta aquí. En 1984 presenta las computadoras personales Macintosh, el IMac, con altas prestaciones gráficas; en el 2001 presenta una línea de reproductores de audio portátiles: el IPod; en el 2007 la línea de teléfonos inteligentes: el IPhone y en el 2010 la línea de tabletas digitales: el IPad. Todos productos de muy buena calidad y que ayudaron junto con las redes sociales a que nosotros empecemos a comunicarnos en forma globalizada en esta gran aldea, que es un solo mundo y un barrio como nos dijeron Arthur C. Clark, Marshall McLuhan y Domingo F. Sarmiento.

Veamos otros números mas impactantes aún.
Facebook tiene 2.500 millones de usuarios, YouTube 2.000, WhatsApp 2.000, Messenger 1.300, Instagram que es la mas nueva y ha tenido un incremento impresionante entre los mas jóvenes  ha llegado a los 1.000 millones de usuarios, creando sus propias historias, sus fotos y videos.
Twitter tiene 450 millones de usuarios, muy activos y Linkedin, que es una red de profesionales donde ellos suben sus antecedentes laborales y sus currículums vitae y funciona también como una oferta y búsqueda de empleos tiene 575 millones de usuarios.

Todos estos usuarios nos da la suma de 9.825 millones, lo cual es mas que el total de la población mundial, que es de 7.700 millones de habitantes.


Lo que ocurre es que cada uno participa en mas de una red y por eso los usuarios son mas que el total de los habitantes del planeta.

Y a todo esto hay que agregar las redes de China y del mundo oriental que suman mas millones a esta inmensa red comunicacional.

En definitiva, en el mundo occidental, 4.400 millones de personas son las que utilizan internet lo que representa el 57 % de la población mundial.

Hay 2 billones de búsquedas anuales en Google. Imaginemos por un momento el poder que otorga toda esa información. Por ejemplo, cuales son los 10 temas mas solicitados en el mundo en este mismo momento.

Esta información que es pública seguramente la tienen para su interior mucho mas desagregada y la pueden comercializar segmentada a los sectores que se la solicitan específicamente. Esto da un poder inconmensurable.

Podríamos hacernos una pregunta?. No notaron que los dueños de Google no se quejaron en demasía porque tuvieron que romper su convenio en China con la empresa Huawei? Los nuevos teléfonos Huawei son Smartphones que cuestan unos 2.000 dólares, son de alta gama y de muy buena calidad y no pueden utilizar ningún producto de Google. No tienen el buscador de Google, ni el Google Play, ni el Google Maps. Tampoco el Android. Utilizan un sistema operativo propio.

Pero parece que no se han preocupado en lo mas mínimo por esto.
A nivel del Presidente de los EE.UU. y del Primer Ministro de China rompieron el convenio por el cual las dos empresas podían participar en un negocio común.

Destruida esa confianza Google se vio apartada políticamente de este tema con China y Huawei siguió fabricando sus teléfonos de alta gama tratando de introducirlos en Europa y en Brasil. Aún no sabemos qué va a ocurrir en la Argentina.

Huawei tiene como ventaja el 5G, es decir la velocidad mas rápida de la actualidad en la telefonía celular, la cual permite el Internet de las Cosas (IoT), y está tratando de imponerla en distintas partes del mundo a lo cual obviamente los EE.UU. se oponen.

Y hay más. Tenemos 1.700 millones de páginas webs, diariamente se envían 269 billones de correos electrónicos (269 seguido de 12 ceros), 650 millones de tweets por día, 500 mil nuevos artículos en WordPress y 95 millones de fotografías son subidas a Instagram diariamente.

Y así formamos parte de esta espectacular cantidad de bits y bytes que se transmiten a diario por toda nuestra aldea global y recibimos un grado de información nunca antes visto en la historia de la humanidad.

Recordando lo que nos dijo un prestigioso periodista en una clase especial para una Diplomatura “no hay periodismo objetivo, el periodismo siempre es subjetivo”.

Porque uno pone su subjetividad en lo que está diciendo y ahora en esta mass media, es decir en los medios de comunicación de masas, se pone mucha subjetividad. La pregunta es: ¿de quién es esa subjetividad?


lunes, 2 de marzo de 2020

El síndrome respiratorio agudo grave, la Organización Mundial de la Salud, la gripe aviar e Internet



ARTÍCULO ESPECIAL
Escrito en diciembre de 2004

Autor: D.O. Rodenstein
Service de Pneumologie. Cliniques Universitaires Saint-Luc.
Université Catholique de Louvain. Bruselas. Bélgica.
Publicado en Archivos de Bronconeumonología 2006; 42 (3): 141-143

Palabras: 2383
Tiempo de lectura: 12 minutos
Para su publicación en el blog se agrega la foto microscópica de un coronavirus.

Durante la epidemia de lo que se dio en llamar síndrome respiratorio agudo grave (SRAS), cuando aún no se conocía el agente causal, un periodista de televisión
me solicita una entrevista. Son las 10 de la mañana. Concretamos una cita para las 2 de la tarde. Llega puntual, con el equipo de filmación, para realizar una breve
entrevista que se transmitirá en el telediario de las 19 h. Bastante entusiasmado, me pide una foto. Algo sorprendido, le pregunto para qué necesita una foto mía. ¡Pero no! ¡No es de mí de quien quiere una foto, sino del Coronavirus!



Así pues, fue el periodista quien me puso al tanto de que se había descubierto el virus responsable del SRAS, cosa que yo ignoraba, puesto que a las 7 de la mañana el sitio web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no disponía de la información, y el resto del día yo había estado trabajando. Cual moderna peste, el SRAS sembró el pánico en el mundo entero. Los progresos de la enfermedad eran el centro de las conversaciones en el trabajo, en casa, entre amigos. El número de nuevos casos sospechosos o confirmados era anunciado en cada telediario, y cada nuevo caso de muerte erizaba el pelo de todo el mundo. El SRAS infectó, durante ese primer contacto con el género humano, a 8.098 personas, de las que 774 murieron1. Cuando interrogaba a la gente angustiada que me rodeaba si sabían cuántas personas mueren cada año de la gripe común en Bélgica y, ante la respuesta en general negativa, yo decía “1.500 personas”2, la incredulidad era de rigor. Repetí la experiencia varias decenas de veces, incluyendo al periodista, quien ni mencionó el hecho durante su emisión.
El SRAS fue más agresivo que la gripe común. La tasa de mortalidad fue mucho más elevada, lo admito. Las precauciones propuestas por la OMS a bombo y platillo fueron probablemente justificadas, lo acepto. Después de todo, el personal sanitario expuesto en primera fila contribuyó en un 21% a la cohorte de enfermos3.

Sin embargo, y pese a todo, no puedo dejar de creer que se ha exagerado. La intensidad de la mediatización, facilitada por la existencia de internet y por la rápida aparición de un portal capaz de dar con pelos y señales los detalles de todas las informaciones alarmantes minuto a minuto, la ignorancia inicial sobre el agente causal, la ausencia de tratamiento etiológico o de vacuna preventiva, todo ello con el telón de fondo de la amenaza difusa y global consecutiva al 11 de septiembre de 2001, semejaba un maravilloso guión de película de terror, de la que cada uno podía sentirse actor desde el confortable sillón del salón. No puedo dejar de evocar que la OMS necesitaba recuperar prestigio tras las críticas de que había sido objeto hace 3 o 4 años incluso en la revista The Lancet. Para ello, no se podía soñar una trama mejor: angustia mundial, gran rapidez de respuesta, consejos eficaces, identificación del agente causal en menos de 3 meses, control total de la epidemia en 6 meses. Con un coste total de vidas perdidas verdaderamente ridículo para una enfermedad tan agresiva1. En el mundo entero murió de SRAS la mitad de las personas que fallecen cada año de la gripe común en un pequeño país como Bélgica. No sé si la epidemia habría sido tan fácilmente contenida sin la campaña de la OMS. En realidad, no tengo ningún modo de saberlo. Lo que me llama la atención es la desmesura de la angustia, la importancia de los medios de comunicación y la ausencia de perspectiva racional sobre la amplitud del fenómeno en relación con otras afecciones epidémicas como la gripe común, la tuberculosis, los accidentes de tráfico o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. En el momento de escribir estas líneas, es la gripe del pollo, o peste aviar, la que centra la atención. La OMS no dudó en acudir una vez más a los procedimientos masivos: informaciones diarias, comunicados de prensa,
conferencias de prensa, portal Internet. ¿Qué se está comunicando? Un análisis superficial permite descubrir un alarmismo sorprendente. Se pasa rápidamente de una información que podría inquietar a la gente interesada en la industria de la crianza de pollos (o aves en general) en el sudeste asiático, a la presentación de hipótesis muy preocupantes para la salud de todos los habitantes
del planeta:
1. El virus tendría una gran capacidad de mutación espontánea.
2. El virus tendría una gran capacidad de incorporar material genético de otros virus y así “saltar la barrera entre especies”.
3. La aparición de una epidemia de gripe humana común en presencia del virus de la peste aviar podría dar lugar al nacimiento de un supervirus superpotente, superagresivo, muy contagioso.
4. Si esto no ocurriere espontáneamente, ¡no hay que preocuparse! El paso a través del cerdo, que convive con patos y pollos, representa la situación ideal para la mezcla interespecies tan temida.
5. ¡Ah! ¡Ya se ha encontrado el virus aviar en un cerdo!
6. El paso a través del cerdo ya no es necesario: se han encontrado casos de gripe aviar en humanos por transmisión directa a partir del pollo (o el pato) tanto en Vietnam como en Tailandia.
7. El cerdo no estaba infectado, era un error.
8. Aun así, la transmisión de humano a humano, tan temida, es muy probable.
9. Pese a que haya que desmentirla poco después.
10. El mundo debe prepararse para una nueva e inevitable pandemia gripal, que dejará pequeña a la gripe española (evocada con un agradable escalofrío de horror), con sus 50 millones de muertos (pero la OMS no proclama que las estimaciones de modelos epidemiológicos para la próxima pandemia calculan el número de muertos entre 280.000 y 650.000, cifra que, sin ser ni mucho menos poco importante, está lejos de los 50 millones de muertos que se recuerdan).
11. En efecto, parece que hacen falta 3 a 4 pandemias por siglo.
12. Y ya hace varios años que escurrimos el bulto, así que va siendo hora de que nos toque el gran susto.
13. La cosa podría ir aún más rápido con el nuevo virus (se lo secuencia enfermo por enfermo para ver si ya ha mutado).
14. Pero hasta ahora no ha mutado.
15. La OMS insiste en que la situación es inquietante, alarmante, preocupante, que el riesgo para la salud humana es real y no debe subestimarse.
16. Para declarar algunas horas más tarde que la situación es tranquilizante y que sobre todo no hay que dejarse llevar por el pánico.
17. No obstante, es indispensable prepararse para lo peor, acumular reservas de antivirales antigripales y crear servicios de hospitalización equipados de habitaciones estériles con presión negativa y corredores de acceso.
18. Y emitir recomendaciones para la catástrofe.
19. Que serán útiles de todas maneras, ya que, si no pasa nada este año, podrán servir nuevamente el año que viene en la próxima campaña de la OMS (basta con cambiar el nombre del virus sospechoso; todo lo demás queda igual).
20. Y no olvidemos que tenemos en reserva una nueva campaña de SRAS (ya en la precedente de 2003 se había hablado del H5N1 en 2 pacientes con sospecha de SRAS, padre e hijo, el 19 y 20 de febrero de 2003).
21. El número total de muertos por gripe aviar asciende, el 8 de febrero del 2004, a 16 sobre un total de 20 enfermos4.

Ignoro si cuando estas líneas se publiquen estaremos en medio del horror de una versión moderna de la peste de 1350, o bien si no se hablará más de la peste aviar. Pero me pregunto si, como en el cuento, el rey anda desnudo y nadie se atreve a decirlo. Los efectos nefastos de la gripe aviar se han hecho sentir en lo que respecta a la industria de la alimentación del sudeste asiático. Los daños en lo que a la salud humana respecta son, hasta ahora, muy limitados (aunque cada vida sea única e irreemplazable) si se toma en consideración la humanidad en su conjunto. Por el contrario, los efectos nefastos de la política de la OMS se han extendido a la industria de la aviación, del turismo y, en general, a todo lo relativo al crecimiento económico del sudeste asiático. El ejemplo del SRAS es una buena demostración5.
Los efectos beneficiosos de la política de la OMS me parecen difíciles de establecer. La masacre generalizada de las aves del sudeste asiático era, al parecer, inevitable y se hubiera producido de todas maneras. La prohibición de importar carne de ave procedente de esos países hubiera bastado como incitante, como se comprobó en Bélgica con la crisis de la dioxina. La campaña de la OMS bien pudo haber sido superflua para lograr el mismo objetivo. Dudo que la campaña de la OMS haya convencido al H5N1 de que era mejor no mutar. No creo que los cerdos hayan sido informados de que la OMS los vigilaba de cerca. Sin embargo, creo percibir 2 o 3 beneficiarios directos de estas campañas: por un
lado —pero ¡por tan poca cosa!—, las firmas farmacéuticas que fabrican los antivirales (lejos de mí el acusarlas); por otro, los países productores de carne de ave que han reemplazado en el mercado mundial a las naciones del sudeste asiático a las que se prohibió seguir participando en el comercio mundial de esos productos; por último, la OMS misma. Sería interesante estudiar la evolución de los fondos asignados a la OMS en los 5 años siguientes a 2003 y compararlos con los subsidios recibidos en los 5 años anteriores a 2003.
Que no se me acuse de negar la utilidad de la OMS. Su acción eficaz en lo que se refiere a la salud pública de los países del Tercer Mundo no necesita comentarios.
Lo que hago es simplemente interrogarme sobre la justificación real de las campañas en los medios de comunicación de masas y por Internet de esta venerable y prestigiosa organización en estos últimos 2 años. Y sobre el uso que se le da en los medios de comunicación de masas. ¿Puede hablarse de riesgo razonable en el caso del SRAS? ¿Puede hablarse de riesgo elevado en el caso de la gripe aviar? Si la respuesta es afirmativa, ¿se impone el principio de precaución? ¿Estaba justificado perturbar la vida de 300 o 400 millones habitantes
del sudeste asiático sobre la base de los datos disponibles? No olvidemos que las consecuencias económicas de la campaña de la OMS son hechos, no hipótesis,
mientras que la campaña se fundamenta en hipótesis, no en hechos. En todo caso, hasta ahora las hipótesis alarmistas se han visto desmentidas por los hechos. La mezcla de informaciones alarmistas y tranquilizadoras en un mismo comunicado de prensa, cuando se están mencionando posibilidades, hipótesis, riesgos, amenazas, que no se confirmarán más tarde, me parece sorprendente6.
El empleo de un lenguaje digno de las primeras planas de un tabloide sensacionalista3 por parte de una organización como la OMS me parece sospechoso y preocupante. ¿Me equivoco? He creído que al menos había que recordar que, a veces, el rey puede andar desnudo.
Este texto fue escrito en diciembre de 2004. Un año más tarde, las predicciones hechas en tono de broma parecen confirmarse. El portal de la OMS, dirigido al público en general7,8, sigue lleno de datos alarmantes y tranquilizadores, sin que sea fácil entender de qué se está hablando, ni saber si hay que escapar en el primer avión a Alaska o a la Antártida, o si uno puede seguir con su pequeña y tranquila vida, preocupándose de la salud de su suegra, del próximo partido Real Madrid- Barcelona o de conseguir una buena torta del Casar para acompañar el jabugo recibido de un paciente agradecido para las Navidades. Entretanto se ha clonado el virus de la gripe española, que muestra algunas características inquietantemente similares al H5N1 (¡lo que significa que tiene muchas características diferentes, pero esto no se dice!); se han comprado toneladas de antivirales que podrían revelarse inútiles, y se han impreso millones de páginas de diarios y revistas escritas por periodistas en general poco preparados para interpretar las informaciones difundidas por ministerios, sociedades científicas, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, expertos médicos, expertos sociólogos, etc. La diferencia esencial entre peligro en caso de epidemia (aparentemente elevado en el caso de la gripe aviar) y riesgo de epidemia (extremadamente bajo en el mismo caso de la gripe aviar) escapa a la mayoría de la gente y contribuye a generar ansiedad e inquietud. En resumen, la situación no ha cambiado mucho desde hace un año. Y como parece que este año tampoco tendremos epidemia, habrá que guardar banderolas, anuncios, panfletos,
carteles, comunicados, artículos, y tenerlos prestos para el próximo verano, cuando los periodistas no tengan otros temas más interesantes que tratar. ¡Eso sí!, adaptando el nombre y la foto del nuevo bicho que corresponda.
Para quien quiera divertirse con otra cosa que no sea la resolución de sudokus, aconsejo pasar por Google y construir la curva del número de menciones de gripe
aviar día a día. Basta escribir “avian influenza”, entre comillas, y la fecha en formato 25/12/2005. Por ejemplo, el 07/10/2005, el día siguiente de la publicación del genoma del virus de la gripe española, hubo más de 3.000 citas con “avian influenza”, mientras que los días anteriores las cifras andaban por debajo de 500. De paso, se pueden observar los anuncios comerciales que aparecen a la derecha de la pantalla y que conciernen a la famosa “avian influenza”. Uno va de sorpresa en sorpresa. Desde remedios chinos tradicionales hasta… los antivirales, pasando por las mascarillas y otros artículos interesantes.

BIBLIOGRAFÍA
1. http://www.who.int/csr/sars/country/table2003_09_23/en/print.html
[consultado 11/01/2004].
2. http://www.iph.fgov.be/flu/fr/11FR.htm [consultado 11/01/2004].
3. http://www.who.int/csr/don/2003_07_04/en/ [consultado 11/01/2004].
4. http://www.who.int/csr/disease/avian_inflenza/country/cases_table_
2004_02_06/en/print.html [consultado 07/02/2004].
5. http://www.commerce-exterieur.gouv.fr/min…sier_presse/dos_
presse_030605/fiche_2.htm [consultado 11/01/2004].
6. http://www.who.int/mediacentre/releases/2004/pr7/en/ [consultado
02/02/2004].
7. http://www.who.int/csr/disease/avian_influenza/Timeline_28_10a.pdf
[consultado 25/12/2005].
8. http://www.who.int/csr/disease/avian_influenza/avian_faqs/en/index.
html#present [consultado 25/12/2005].


Correspondencia: Prof. D.O. Rodenstein.
Service de Pneumologie.
Cliniques Universitaires Saint-Luc. Université Catholique de Louvain.
Avda. Hippocrate, 10. 1200 Bruxelles. Belgique.
Correo electrónico: rodenstein@pneu.ucl.ac.be
Recibido: 26-12-2005; aceptado para su publicación: 10-1-2006.
147.925


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