Infodemia y Coronavirus



INFODEMIA Y CORONAVIRUS

por Eduardo Rodas
23 de marzo, 2020


Epidemia es cuando una enfermedad ataca a un gran número de personas en un mismo lugar y durante un mismo período de tiempo. El término viene del griego epi, sobre y demos, pueblo.

Pandemia es cuando una enfermedad epidémica se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una región, un continente o en distintos continentes. El vocablo procede del griego pan, todo y demos.

En la epidemia tenemos la enfermedad sobre una población determinada en una región limitada y en una pandemia la tenemos sobre toda la población y en regiones muy extendidas. Pero estas definiciones no hablan sobre la gravedad de la enfermedad, sino sobre cuánto de extendida está la enfermedad sobre una población y geográficamente.

Por Big data queremos significar cuando hablamos de grandes datos o grandes volúmenes de datos. Es un término evolutivo que describe cualquier cantidad voluminosa de datos estructurados, semiestructurados y no estructurados que tienen el potencial de ser extraídos para obtener información. Big Data son por ejemplo los miles de millones de datos que circulan por las redes en todo el mundo.

Uni Data es ese dato único que puede hacer cambiar la historia. 
    
Infodemia es una pandemia pero de la información, y según la definición que nos da el Dr. Alejandro Vilches, ex Director General de Evaluación de Calidad de Servicios de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, es la “exageración superlativa de la información que invade la psiquis de las personas”.



La Organización Mundial de la Salud declaró que la enfermedad COVID 19 producida por el virus SARS COV2 es una pandemia, es decir que se ha difundido sobre grandes cantidades de población y se ha extendido por varios continentes.

Y junto con la COVID19 han aparecido los datos y la información que invaden nuestra psiquis a toda hora y en todo momento de nuestra vida. Es decir una infodemia de COVID19.

El bombardeo que a diario estamos teniendo por todos los medios del mundo es de una cuantía impresionante. La radio, la televisión, los diarios electrónicos, las revistas y las redes sociales, todos los días y a toda hora nos comunican noticias de esta pandemia hasta contando los muertos de a uno.

Indudablemente el problema es grave pero estamos conviviendo con otras enfermedades tan graves como aquella como la tuberculosis, la desnutrición, la sífilis, el sarampión, el dengue, los fallecidos por hambre, etc. y que no han tenido el enfoque de información  que tiene este virus.

Se nos ha inculcado el miedo a toda la población mundial y es lo peor que podemos tener, para ver como reaccionamos las personas aisladas en nuestras casas o donde podamos estar y controlados por los gobiernos. Y gobiernos de todas las características: democráticos, autoritarios, monárquicos, comunistas, liberales. Todos los gobiernos mundiales están haciendo unos unas cosas y otros otras cosas para ver luego cuál de ellas nos pudo sacar lo mejor posible de esta situación.

Lo que ha cambiado en el mundo en los últimos 25 años es cómo se transmiten las noticias. Antes era una transmisión vertical y punto a punto, es decir desde las grandes agencias internacionales de noticias que las producían como la Associated Press de los EE.UU., la France Press de París, Reuters de Gran Bretaña y la DPA de Alemania entre otras, que las transmitían por teletipo a los grandes diarios, revistas y a algunas radios mundiales y estos medios informaban a sus lectores y oyentes. Es decir una comunicación totalmente vertical, canalizada por ejemplo a través de unos 700 millones de ejemplares de diarios que se vendían por día en todo el mundo. Cifra para nada comparable con los miles de millones de mensajes y noticias que hoy circulan por todo el mundo y que se envían a través de todas las redes sociales.




Antes la información llegaba a muy poca gente y se pagaba por ella. Hoy es en gran parte gratuita y llega con una transmisión horizontal de multipunto a multipunto. Es totalmente transversal, cualquier persona puede tomar una fotografía, enviarla por ejemplo a un canal de televisión y éste en forma inmediata la puede publicar y hasta puede viralizarse (multiplicarse miles y miles de veces) por las redes sociales.

También cada persona puede tener en forma gratuita o a un muy bajo costo sus propias páginas webs, sus propios blogs y hasta diarios electrónicos o canales de televisión que transmiten por internet. Y así llegan a distintas cantidades de personas todos los mensajes que se les ocurran, sin ningún tipo de control, ni de filtro y entonces esto se transforma en una parafernalia  de datos que realmente pueden alterar la psiquis humana como decíamos en la definición de Infodemia.

Así es que estamos atravesando esta situación única en la historia de la humanidad por su nivel masivo e instantáneo en lo que se refiere a los enfermos y a la comunicación.

En cuanto a cómo reaccionará la gente durante el aislamiento y después del mismo es un tema aún a dilucidar. Y ni hablar de lo que pueda llegar a ocurrir con la economía mundial y cuál será el nuevo orden mundial que nos depare el futuro.

Y no sólo esta Big Data nos causa nuevas experiencias, sino que la Unidata también nos trae problemas. Por ejemplo un solo tweet del martes 7 de mayo de 2019 de Donald Trump provocó la caída de todas las bolsas del mundo cuando amenazó con aplicarle aranceles a los productos fabricados en China. Y lo que ocurre con un solo virus, este corona virus, que ha provocado que la revista The Economist sacara en su tapa un globo terráqueo con un cartel que dice “cerrado”. Es decir un solo virus cerró el mundo, este mundo se paralizó en pocos días  en todas sus actividades salvo las mínimas y las indispensables como la salud y la seguridad.



Ahora todos los países del mundo están tratando de ver cómo salir de esta situación, realizando acciones para aplanar la curva de infectados por el virus para que los  servicios de salud no se vean sobrepasados por la cantidad de enfermos que de llegar todos juntos y en gran número ningún sistema sanitario del mundo está en condiciones de atender. No existe infraestructura capaz que pueda preparar en pocos días todos los recursos materiales como los respiradores artificiales ni formar todos los recursos humanos altamente capacitados que se necesitan para atender a esta gran cantidad de pacientes.

Lo que no se previó en épocas de paz para la atención de víctimas en masas, no se puede atender luego cuando la “guerra” ya ha sido declarada.





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