Globalización versus Globalismo

 por Eduardo Rodas

Médico - Periodista científico

24 de junio 2024


Globalización versus Globalismo

La llamada Globalización es un proceso económico, político, social y cultural a gran escala que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre las distintas naciones del mundo, uniendo sus mercados sociales, comerciales, culturales y de todo tipo a través de una serie de transformaciones socio-políticas que les brindan un carácter mundial.

La Globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por la sociedad y que ha abierto sus puertas a la revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento económico nacional e internacional y en el aspecto jurídico a través de la Internet Society (ISOC).

Así pensábamos muchos que habíamos visto nacer este fenómeno a nivel de toda la Tierra y que creíamos que esa Sociedad de la Información iba a permitir la creciente integración de todas las economías del mundo y, lo que veíamos más importante aún, era la transferencia de conocimientos científicos y tecnológicos a través de las fronteras de los países, en forma instantánea y a un costo cada vez menor. Esto lo hacía posible la Internet 1.0

Las barreras burocráticas se derribaban, como se derribó el Muro de Berlín. Los presidentes, gerentes, directores, profesores, autoridades de toda índole, estaban al alcance de la mano con un simple correo electrónico. Los impedimentos que ponían sus asesores y secretarias fueron saltados como por arte de magia. Y las respuestas llegaban casi siempre en forma instantánea.

Al comercio y al intercambio económico le permitió, por ejemplo, que pequeñas empresas, aún ubicadas en lejanos pueblos, pudieran llegar a ser conocidas a nivel mundial. Las páginas Web pasaron a ser la carta de presentación de esas empresas. Solía decir en todas las conferencias que ofrecí durante los años ´90: “La Patagonia es una marca registrada”. Y vaya si lo fue.

La Globalización sería la profundización de lo firmado en el Tratado de Paz de Westfalia el 24 de octubre de 1648. En ese primer congreso diplomático moderno se inició un nuevo orden en Europa basado en el concepto de soberanía nacional. Y se estableció que el principio de la integridad territorial es el fundamento de la existencia de los estados. Y así nace el Estado-Nación.

El término Globalismo es un neologismo que se refiere a una hipotética ideología que trataría de acabar con el Estado-Nación como marco para la administración política y la referencia de la identidad. Se utiliza en ciertos círculos para describir el camino hacia la creación de un gobierno mundial bajo el doble efecto de la globalización económica y cultural.

Se la ha utilizado también para describir los esfuerzos internacionales iniciados después de la Segunda Guerra Mundial como las Naciones Unidas, La Unión Europea, La Comisión Trilateral, El Club de Roma, El Foro Económico Mundial de Davos, etc.

A comienzo del Siglo XXI se observa una marcada transferencia de la Globalización hacia el Globalismo por parte de las grandes empresas mundiales especializadas en las comunicaciones, la informática y la venta de productos y mercaderías a nivel mundial.

Creíamos que la Internet 2.0 iba a ser superadora de la Internet 1.0 y que nos iba a permitir seguir teniendo esa cierta inocencia de gratuidad y de cooperación sobre todo en los aspectos del intercambio de la información científica en todo el orbe.

Pero apenas pasados los años 2.000 se produce el boom de Internet a nivel masivo y rápidamente las empresas comerciales de todo tipo y color se apoderan de la herramienta y sacaron y siguen sacando provecho de los grandes volúmenes de información que manejan.

Hubo muchísimos comentarios diciendo que no entendían como había empresas de informática recién creadas que vendían en sumas millonarias las direcciones de las páginas web que ellos mismos habían registrado. Hacía recordar a quienes alguna vez vendieron terrenos en la Luna y ahora estaban vendiendo un espacio en Internet.

Aún hoy en día las antiguas empresas nacionales fabrican manufacturas de todo tipo y pierden poder político y económico. A pesar de su pertenencia a naciones y hasta siendo multinacionales, ese hecho no las salva de perder la relevancia que habían tenido durante todo el Siglo XX.

Las nuevas empresas del poder son las empresas llamadas globales, algunas participan de la globalización y muchísimas otras juegan para el globalismo.

 eduardorodas.blogspot.com


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