sábado, 24 de agosto de 2024

Cruzando el puente

Fotografía: de Juana Trípodi Rodas ©
2024

 por Eduardo Rodas

Médico - Periodista científico

24 de agosto 2024

Cruzando el puente

Durante más de 50 años como médico he tenido la oportunidad de escuchar cientos y cientos de clases, debates, entrevistas y conferencias sobre temas médicos. Y debo reconocer que esta es la que más me ha impactado: por su claridad y su precisión conceptual abordando temas casi desconocidos en nuestro quehacer diario.

En el libro El Corazón es Consciente se nos invita a cruzar un puente que muchos médicos formados en la alopatía tradicional estamos visualizando que es necesario comenzarlo a transitar.

El Médico Cardiólogo Dr. Martín Lombardero, en los 50 minutos de esta excelente entrevista, expresa con sencillez y profundidad los primeros pasos para que ello ocurra.

No deje de verla.

 

Entrevista del abogado y periodista Luis Novaresio al Dr. Martín Lombardero

El Dr. Martín Lombardero nació en Buenos Aires en 1962. Cursó sus estudios de medicina en la Universidad de Buenos Aires. Luego se formó como cardiólogo en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), donde hizo la Residencia de Cardiología, habiendo sido Jefe de Residentes, Staff y Jefe del Laboratorio de Ultrasonido Cardiovascular entre los años 1990 y 2007.

Con más de 30 años de trayectoria en imagen cardíaca, brindó también sus servicios en el CEMIC y fue jefe de Imagen Cardíaca de los Sanatorios de la Trinidad Palermo, Trinidad San Isidro y Trinidad Ramos Mejía durante más de 15 años.

Con reconocida y extensa actividad docente, creó y dirigió 31 cursos y congresos de imagen cardíaca de carácter nacional e internacional.

Dio más de 200 clases/conferencias internacionales y formó, en 30 años, a más de 500 cardiólogos en la especialidad de imagen cardíaca.

Es miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), Felow de la Sociedad de Imágenes Cardiovasculares de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SISIAC), Profesor universitario de la UBA /SAC con más 20 años de trayectoria y miembro del comité de revisión de la revista científica internacional RETIC/SISIAC.

En su rol de investigador, presentó múltiples trabajos en congresos científicos, algunos de ellos premiados y otros nominados a premios.

Actualmente, es interconsultor en Imagen Cardíaca en Trinidad Medical Center Palermo, Trinidad Medical Center San Isidro, Jefe de Imagen Cardíaca del Sanatorio Trinidad Ramos, y Jefe de Imagen Cardíaca del Centro de Prevención & Diagnóstico Cardiovascular Pilar (Office Park), Buenos Aires. Argentina.

 

 

jueves, 22 de agosto de 2024

¿Qué es el Ikigai?

 por Eduardo Rodas

Médico - Periodista científico

22 de agosto 2024

¿Qué es el Ikigai?

La razón por la cual una sola palabra en japonés tiene un significado muy profundo se debe a varios factores culturales e históricos.

Los japoneses valoran la belleza y lo conciso que pueda ser el lenguaje. Una palabra única puede evocar por ejemplo una imagen vívida de belleza, una emoción profunda, un concepto complicado de gestión y calidad y lo hace de manera más efectiva que una larga frase.

Waba-sabi, Komorebi, Yügen, Kaizen, Ikigai, son algunas de esas palabras.

Ikigai se refiere al concepto que puede servir para vivir más y mejor. Puede definirse como “la razón para vivir” o “la razón de ser”, lo que hace que la vida valga la pena ser vivida.

No todos los días nos levantamos motivados para estar al 100%. Hay días en los que quisiéramos tomarnos una pausa. Para retomar las labores y recuperar la energía se aplica este concepto japonés: el Ikigai.

El término ikigai se compone de dos palabras japonesas: iki, que se refiere a la vida, y kai, que da lugar a gai que significa “la realización de lo que uno espera y desea”.

Juntas, estas definiciones crean el concepto de “una razón para vivir” o la idea de tener un propósito en la vida, según un artículo del Foro Económico Mundial escrito por Laura Oliver.

¿Se puede encontrar la “razón para vivir”?

Según expertos del Foro Económico Mundial recomiendan comenzar con cuatro preguntas: ¿qué ama? ¿en qué es bueno?, ¿qué necesita el mundo de usted?, ¿qué puede hacer para que le paguen?

Encontrar estas respuestas y un equilibrio entre estas cuatro áreas podría ser un camino hacia el ikigai para los occidentales que buscan una interpretación rápida de esta filosofía.

Sin embargo, en la cultura japonesa, ikigai es un proceso más lento y, sobre todo, no tiene nada que ver con el trabajo o los ingresos.

El profesor de antropología de la Universidad China de Hong Kong, Gordon Matthews, señaló que el ikigai probablemente conducirá a una vida mejor “porque tendrá algo por qué vivir y que no es algo grandioso ni extraordinario, es algo bastante práctico”.

Los investigadores señalan que el ikigai puede cambiar con la edad. Para una persona cuyo trabajo es su razón de vivir, esto cambiará cuando se acerque a la jubilación y comience la búsqueda de un nuevo ikigai.

Todo el mundo, de acuerdo a la cultura japonesa, tiene un ikigai. Encontrarlo requiere una búsqueda interior, profunda y a menudo prolongada. Esta búsqueda se considera de mucha importancia, ya que se cree que el descubrimiento del propio ikigai trae sentido a la vida, y a su vez un motivo de satisfacción con la misma.

El ikigai se puede representar gráficamente como un diagrama de Venn con cuatro elementos: lo que a una persona le gusta, lo que una persona sabe hacer bien, lo que el mundo necesita y aquello por lo que se puede recibir una recompensa. Cuando estos cuatro elementos se superponen, esa persona habría encontrado su ikigai. Y de esta manera se entrelazan su Misión, su Pasión, su Profesión y su Vocación.

Okinawa es una ciudad que se mueve a un ritmo distinto al resto de las ciudades japonesas. En la cultura de esta ciudad, el ikigai se concibe como una razón para disfrutar de la vida.

En un estudio realizado en colaboración entre la National Geographic y el National Institute on Aging para analizar los secretos de la longevidad en lugares con alta esperanza de vida, Dan Buettner sugirió que el ikigai era una de las razones por las que la gente de Okinawa tenía una alta longevidad media.

Kobayashi Tsukasa escribe que la gente puede sentir el auténtico ikigai cuando sobre la base de una madurez personal, de la satisfacción de diversos deseos, del amor y la felicidad que se encuentra con los demás y con un sentido valor de la vida, se avanza hacia la autorrealización.

Según los japoneses, todo el mundo tiene un ikigai, un motivo para existir. Algunos lo han encontrado y son conscientes de ello; otros lo llevan dentro, pero todavía lo está buscando.

Y la cultura del ikigai sería uno de los secretos para una vida larga, joven y feliz como las que llevan los habitantes de Okinawa, la isla con la población más longeva del mundo.

Las 10 reglas del ikigai son:

1. Mantente siempre activo

Nunca te retires. Quien abandona las cosas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de su vida. Por eso, incluso después de haber terminado la vida laboral “oficial”, es importante seguir haciendo cosas de valor, avanzando, aportando belleza o utilidad a los demás, ayudando y dando forma a nuestro pequeño mundo.

2. Tómatelo con calma

Las prisas son inversamente proporcionales a la calidad de vida. Como dice un viejo proverbio: “Caminando despacio se llega lejos”. Cuando dejamos atrás las urgencias, el tiempo y la vida adquieren un nuevo significado.

3. No comas hasta llenarte

También en la alimentación para una vida larga, “menos es más”. Según la ley del 80%, para preservar la salud mucho tiempo, en lugar de atiborrarse hay que comer un poco menos del hambre que tenemos.

4. Rodéate de buenos amigos

Son el mejor elixir para disolver las preocupaciones con una buena charla, contar y escuchar anécdotas que aligeren la existencia, pedir consejo, divertirnos juntos, compartir, soñar... En suma, vivir.

5. Ponte en forma para tu próximo cumpleaños

El agua se mueve, fluye fresca y no se estanca. Del mismo modo, tu vehículo para la vida necesita un poco de mantenimiento diario para que pueda durar muchos años. Además, el ejercicio segrega las hormonas de la felicidad.

6. Sonríe

Una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona. Está bien darse cuenta de las cosas que están mal, pero no hay que olvidar el privilegio de estar aquí y ahora en este mundo lleno de posibilidades.

7. Reconecta con la naturaleza

Aunque la mayoría de seres humanos vivan en ciudades, estamos hechos para fundirnos con la naturaleza. Necesitamos regularmente volver a ella para cargar las pilas del alma.

8. Da las gracias

A la Vida, a tus antepasados, a la naturaleza que te provee aire y alimento, a tus compañeros de vida, a todo lo que ilumina tu día a día y te hace sentir dichoso de estar vivo. Dedica un momento del día a dar las gracias y aumentarás tu caudal de felicidad.

9. Vive el momento

Deja de lamentarte por el pasado y de temer el futuro. Todo lo que tienes es el día de hoy. Dale el mejor uso posible para que merezca ser recordado.

10. Disfruta de tu música preferida, la música activa tus sentidos más que cualquier actividad.

 

Dentro de ti hay una pasión, un talento único que da sentido a tus días y te empuja a dar lo mejor de ti mismo.

Estamos próximos a la Primavera que representa a la vida e ilumina el corazón con sueños, esperanzas e ilusiones. ¿Ya sabes cuál es tu ikigai?


sábado, 3 de agosto de 2024

Murió pero está entre nosotros

 por Felisindo Rodríguez

Farmacéutico Industrial

Egresado de la Facultad de Farmacia y Bioquímica. Universidad de Buenos Aires

Ex Director Técnico y de Operaciones 

de un importante Laboratorio Medicinal de Argentina durante 39 años

publicado el 3 de agosto 2024


MURIÓ PERO ESTÁ ENTRE NOSOTROS

 La vida digital después de la muerte

En nuestra constante búsqueda de trascendencia, anhelamos dejar una huella significativa a lo largo de nuestras vidas. Esta búsqueda de legado se manifiesta en nuestro deseo de ser recordados por nuestros éxitos, nuestros valores, nuestras relaciones afectivas y nuestros descubrimientos.

Foto del autor
Buscamos, en última instancia, poder mirar atrás y sentir que nuestra vida tuvo un propósito: que nuestro paso por el mundo no fue en vano, que vivimos con intensidad, luchamos con determinación y experimentamos la plenitud, ya sea en la felicidad o en la adversidad. La búsqueda de un legado es, así, una parte esencial de lo que define nuestra existencia y le da valor.

Por otro lado, también deseamos que la vida de nuestras personas afectivamente cercanas -ya sean madres, padres, hijos, esposos, amantes o amigos- que llenan nuestras vidas de emociones, afectos y recuerdos, permanezca cerca durante mucho tiempo. 

La muerte, sin embargo, rompe esa expectativa y trunca ese deseo de permanencia. Después del dolor de la partida, nos quedan los recuerdos que lentamente se desvanecen: objetos, fotos y videos que nos hablan de lo que fue y que, a menudo, solo acentúan el dolor de la pérdida.

Desde tiempos antiguos, el ser humano ha buscado inmortalizar lo que ama. Desde la escultura y la pintura hasta la fotografía y el cine, hemos intentado conservar de alguna manera los recuerdos de aquello que amamos o admiramos. Basta con observar el rostro iluminado de unos padres viendo jugar a sus hijos pequeños en la playa para comprender cómo el recuerdo y la emoción están ligados a los sonidos y las imágenes, y cómo estos medios son únicos para transmitirlos en la actualidad.

Sin embargo, la aceleración tecnológica de nuestros tiempos está cambiando radicalmente esta dinámica. Las innovaciones en inteligencia artificial (IA) están transformando nuestra relación con la memoria y el legado. La IA, que se desarrolla a un ritmo vertiginoso, nos sorprende constantemente con avances que casi parecen salidos de la ciencia ficción.

A lo largo de la historia reciente, hemos visto intentos de conservar la esencia de una persona fallecida a través de videos y grabaciones que reflejan su vida. Aunque más sofisticado que un álbum de fotos, esto sigue siendo una representación bastante limitada. No obstante, las tecnologías emergentes prometen llevar esta idea a un nivel completamente nuevo.

Actualmente, las IA tienen la capacidad de procesar grandes cantidades de información, evaluar y relacionar imágenes, y manejar el lenguaje en múltiples idiomas. Pueden imitar voces con gran precisión y generar imágenes hiperrealistas. Estos avances nos permiten crear representaciones digitales muy fieles de una persona, basadas en fotos, audios, videos y otros datos personales.

Imaginemos un sistema que combina estas capacidades: si cargamos en él todas las fotos, audios, videos, trabajos y la historia personal de una persona fallecida, y si además generamos un video con características físicas y faciales exactas de esa persona, la IA podría asumir el rol de esa persona de manera convincente. Este "avatar digital" podría interactuar con nosotros, hablar con nuestras voces, y responder a nuestras preguntas, creando una experiencia tan real que podríamos dudar de su autenticidad.

Las implicaciones éticas y emocionales de estas tecnologías son profundas. Por un lado, podrían ofrecer consuelo y un sentido de cercanía con nuestros seres queridos que han partido. Por otro, plantean preguntas sobre la naturaleza de la identidad y la memoria, y cómo manejaremos la interacción con estos "residuos digitales" de quienes ya no están con nosotros.

La vida digital después de la muerte, entonces, se está convirtiendo en una nueva frontera en nuestra búsqueda de trascendencia, y la tecnología, una herramienta poderosa en este camino hacia la inmortalidad virtual.

La fe puede atenuar el dolor de la pérdida y otorgarle un sentido profundo, ofreciendo consuelo y esperanza en medio del sufrimiento. Sin embargo, la separación temporal sigue siendo una fuente de dolor, incluso para los más creyentes. En este contexto, surge la pregunta: ¿podrá la tecnología ofrecer un camino de consuelo mientras esperamos el encuentro final? En una era donde las fronteras entre lo digital y lo real se desdibujan, es posible que estas innovaciones proporcionen una forma de conexión que, aunque no sustituya la presencia física, nos ayude a encontrar paz y consuelo en la espera. 

La posibilidad de interactuar con las memorias digitales de nuestros seres queridos puede ser un recurso valioso, pero también plantea preguntas sobre la naturaleza del consuelo y la forma en que buscamos sanar nuestras heridas emocionales. En última instancia, solo el tiempo dirá cómo estas herramientas influirán en nuestra experiencia del duelo y la esperanza de reencuentro.

Referencias:

https://www.bluradio.com/tecnologia/inteligencia-artificial-y-la-comunicacion-con-los-muertos-una-herramienta-rodeada-de-dudas-cb20


Publicado en finitytime.blogspot.com el 2 de agosto de 2024





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