8 GRANDES BAILES 8. No poseeras nada y serás feliz.
31 de julio 2021
8 GRANDES BAILES 8
Así se anunciaban los bailes
del Carnaval en las décadas de 1950 y 1960. Un título atractivo que no siempre
coincidía con la realidad.
Esto sigue ocurriendo entre
los jóvenes periodistas y los editores de los diarios cuando aquellos ven que
el título no tiene nada que ver con lo escrito en su nota periodística.
Y los muy enojados periodistas
increpan a sus jefes y éstos le contestan que era la mejor manera para que su
nota comenzara a ser leída.
Cien años antes, en la última
parte de los 1800, la comparsa los “Tenorios del Plata” vestía brillantes
uniformes blancos y celestes e invadía el Teatro de la Alegría, en una calle
entre Barracas y La Boca, donde las clases populares acudían con sus máscaras y
la gente porteña de color se entremezclaba con alguna gringa vasca plebeya.
Allí estaban representados la Secretaría de la Presidencia de la República, en quien
servía el té y el agua, y en personas que trabajaban en los cinco Ministerios
de la Nación: el de la diplomacia, el de gobierno, el de instrucción pública,
el de guerra y el de hacienda.
Las mamás, las tías y las
madrinas se acomodaban en las sillas del costado y se deleitaban con una masa
sopada en vino Priorato. Y veían pasar con envidia a toda esa juventud oficial
que desempeñaba cargos modestos, pero honrosos en la política argentina.
La clase alta pasaba esas
noches en el Club del Progreso, en la calle Perú esquina Victoria, donde
arribaba en sus carruajes y con los vestidos de época dignos de esas damas y
caballeros que prestigiaban, o no, a la sociedad porteña.
Y si Ud. leyó hasta acá tal
vez fue por el título. Y si tiene la paciencia de continuar leyendo quizás se dé
cuenta al final de la nota que estamos metidos en un gran baile y no
precisamente de Carnaval.
Si lee un título o escucha
alguna noticia en los medios masivos de comunicación relacionado con estos
temas téngalos en cuenta.
Pueden llegar a afectar su
vida y la de sus allegados en un futuro no muy lejano.
He aquí ocho sentencias basadas
en las predicciones de los consejos mundiales futuros del Foro Económico
Mundial de Davos.
1) No poseerás nada y serás feliz. Podrás alquilar cualquier cosa que necesites y te la llevará un dron a tu casa
2) Estados Unidos no será la primera potencia mundial, un puñado de países la sustituirán
3) No tendrás que esperar a un donante de órgano, sino que estos se crearán
4) Comerás menos carne, no será un alimento básico, para el bien del medio ambiente y de tu propia salud
5) Mil millones de personas tendrán que desplazarse por el cambio climático. Tendremos que hacer un mejor trabajo de bienvenida e integración de estos refugiados
6) Las empresas tendrán que pagar por emitir dióxido de carbono. Habrá un precio global estandarizado para el carbón, esto acelerará la desaparición del uso de combustibles fósiles
7) La humanidad podría viajar a Marte. Los científicos están trabajando para hacer una estancia saludable en el espacio, lo cual puede facilitar la investigación. Elon Musk, el dueño de la empresa Space X, le paga a un programador informático un promedio de 192.000 dólares anuales. Es decir 16.000 dólares mensuales.
8) Los
valores occidentales serán puestos a prueba. Los valores que sustentan nuestras
democracias deben ser considerados.
Estos objetivos se
ponían sobre la mesa en el 2016 y el Fondo Monetario Internacional (FMI) hacía
sus predicciones sobre ellos. Y que con el objetivo de conseguir un mundo más
igualitario han vuelto a recordarse en el último Foro Económico Mundial (WEF)
celebrado en Davos con especial protagonismo de una frase: “No tendrás nada y
serás feliz”.
Un pequeño video de un
minuto y medio de hace seis años le servía al FMI para pronosticar su mundo del
2030. Esta es la fecha de la Agenda 2030 votada por las principales potencias y
los representantes de los países del mundo en la Asamblea General de las
Naciones Unidas en setiembre del 2015.
En el 2021 mantienen los mismos desafíos, con algo menos de tiempo por delante.
A esta altura podríamos
convocar a Juan José del Pozo quien utilizaba el acrónimo de las siguientes palabras:
Técnica
Unción, por
empoderamiento
Sabiduría
Amor
Mística
Y queda allí sellado su
nombre: TUSAM. Quien decía: “Puede fallar”
La pregunta que tal vez
nos hagamos sería: ¿“Esto, podría fallar?”
Al escucharlo los parroquianos se levantaron y saludaron con un “…hasta mañana…”
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